Más mandalas
Nunca me hubiera imaginado encontrar una artista como Mayra en un pueblito perdido de Extremadura. Los sueña, los percibe, los intuye, los inventa, los pinta en seda desde hace 7 años. Sus mandalas parecen ser infinitos. Cada uno admite infinitas miradas, produce infinitas sensaciones y recuerdos de un tiempo infinito. Forman ya una familia de cientos que parece perpetuarse.Desde hace unos 4 años quiero encontrar el mío. Más de una vez me he puesto a hacer garabatos en una hoja poniendo cosas aquí, besos allá, calles por acullá. La vez que más me acerqué puse en el centro la capilla de los dulces nombres que tiene cara de Kaaba. Al rededor paseos en vaivén, presencias, hojas y frutos. Le faltaron muchas cosas y final lo dejé. Pero algo de mí sigue tratando de ver entre la niebla del espíritu el mandala que me corresponda.
Este, por lo pronto, (el que encontré en casa de Mayra, llegando a Portugal) me conmueve, me fascina, me hace sonreír. Es como un sol tierno, como una mañana cariñosa. Es una explosión de burbujeante vida, un concierto de flores, una mirada al principio de la creación.
El encuentro me ha dejado una sed de mandalas. Quisiera tenerlos todos y regalarle uno a cada una de las personas que me importan. Quisiera nadar en un río de mandalas y dejar que sus curvas me hagan cosquillas. Quisiera convertir mis poemas en mandalas ¿se podrá? A lo mejor Mayra puede, le vamos a preguntar.
Najmah
La bendición de los mandalas de Mayra está ahora en cada habitación de mi casa. He esperado durante años para sentir cual era la influencia de color y forma que quería en mis espacios más íntimos de reposo y reencuentro conmigo misma. Cuando vi por primera vez los mandalas pintados en seda supe que había encontrado el alimento que mi alma anhelaba, mucho más que adorno o decoración, mensaje y sabiduría verdadera.
Hay cuatro grandes mandalas en mi casa y cada día me paseo para recibir su influjo, ensoñar, meditar y viajar por los colores fisiológicos que mis ojos producen gracias a su maestra provocación. He mandado a Mayra mensajes exaltados de agradecimiento por su buena labor, por la elección de las calidades y la indudable maestría de su trabajo. Es arte sano, bello y activo. Los niños los miran ensimismados y yo disfruto de su mágico encuentro.
Dedico cada día horas a observar la Naturaleza y a hacer ejercicios de color en flores y plantas para comunicar con su verdad. Después de veinte años de entrega necesito a mi alrededor manifestaciones artísticas que sean fieles a las fuerzas de Madre Tierra y al Poder del hombre para comunicarse con ella. Gracias por tu sensibilidad y calidad Mayra. He pagado el precio material que tienen y muy por encima está mi agradecimiento que no se puede tasar.
SANAR LA TIERRA. EL CANTO DE LA ENCINA
Los mandalas... sin miedo de repetir la palabra, son MAGICOS!
Nos encantan! Son unos verdaderos mantras visuales para nosotros!
Los dos chicos lucieron espectacular en nuestra boda, nos
representan a la perfeccion, complementaron nuestra ceremonia,
a la gente les fascino. El grande, que es el mio, y complementa al
que ya tenia Monica, luce espectacular en nuestra habitacion,
cada uno en un lugar ... perfecto, cada uno... vivo. Estamos
realmente felices con ellos, gracias por tu arte y TU magia,
plasmada en ellos.
Varias personas nos preguntaron donde los compramos y a
algunos nos pidieron tus datos, espero te contacten y puedan
gozar del privilegio de tener uno en el futuro cercano.
Los dos chicos lucieron espectacular en nuestra boda, nos
representan a la perfeccion, complementaron nuestra ceremonia,
a la gente les fascino. El grande, que es el mio, y complementa al
que ya tenia Monica, luce espectacular en nuestra habitacion,
cada uno en un lugar ... perfecto, cada uno... vivo. Estamos
realmente felices con ellos, gracias por tu arte y TU magia,
plasmada en ellos.
Varias personas nos preguntaron donde los compramos y a
algunos nos pidieron tus datos, espero te contacten y puedan
gozar del privilegio de tener uno en el futuro cercano.
Tengo algunos Mándalas de Mayra, en distintas áreas de mi casa.
Los miro, les cambio la iluminación, los coloco a la vista, antes de colgarlos en el lugar apropiado, después de haberme parado para mirarlos.
Y todavía me pregunto
¿es el color?
¿es la geometría?
¿es la energía o sentimiento que la pintora ha proyectado en la seda?
Estoy totalmente satisfecha de tenerlos, y contenta cuando regalo alguno a alguna persona especial.
Maite Alario
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